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Revista IdentidaD

Declaración de principios

El Manifiesto de Identidad es el "contrato" de ideas que pone en marcha esta iniciativa y que da consistencia al equipo redaccional. Al mismo tiempo supone la definición de los contenidos que se van a priorizar. Así pues, vale la pena no llamarse a engaños: los redactores de IdentidaD y los artículos de la revista van a tratar de estos temas, no de otros.

Reproducimos la pequeña síntesis de principios que da vida a este proyecto

IdentidaD aspira a aportar
ideas nuevas a problemas de hoy

Creemos que nuestro sistema político languidece por falta de ideas. El político no aspira a defender otras ideas más que las relaciondas con la posibilidad de salir reelegidos. esde hace años en España han dejado de apliarse políticas de Estado. La figura del "estadista" ha desaparecido de nuestro panorama político, como máximo encontramos "gestores de la cosa pública", más o menos honestos, o más o menos responsables, pero no estadistas. Mientras, los problemas siguen acumulándose y arrinconándonos en callejones sin salida. Las pocas ideas nuevas que aparecen en algunas áreas son medidas cosméticas y demagógicas que tienden a asegurar la reelección del político en el siguiente espectáculo electoral.

IdentidaD no asume ninguna etiqueta,
ni tiene miedo a la etiquetas

Esta publicación nace con voluntad de formar opinión y de informar. No tiene pretensiones de ser una revista políticamente aséptica, sino comprometida con la defensa de los valores relacionados con nuestro sistema triple de identidades: identidad de la "tierra chica", identidad nacional, identidad europea.

IdentidaD considera que el gran problema de hoy son los flujos migratorios descontrolados

Si vamos a centrar nuestra información y nuestros análisis en este tema es a causa de que, ante la indiferencia de las autoridades autonómicas, estatales y europeas, se está creando un formidable potencial explosivo en el seno de nuestras sociedades a causa de la llegada sin control de millones de inmigrantes generando una ruptura antropológica y cultural que será, inevitablemente, causa de discordias y desajustes futuros.

IdentidaD piensa que estos flujos difuminan los rasgos de los pueblos

La primera consecuencia de estos flujos migratorios (que no son sino la segunda consecuencia de la globalización, siendo la primera la deslocalización empresarial) es la pérdida del sistema de identidad que sustenta a todos los pueblos europeos y particularmente al nuestro. Renuncia a nuestro pasado, renuncia a nuestras tradiciones, renuncia a los valores que desde hace 2500 años han sido connaturales a nuestros pueblos, en beneficio de un vago multiculturalismo, es una opción que rechazamos.

IdentidaD sostiene que esos rasgos son fundamentales para definir la personalidad de las naciones

El sistema de referencias identitarias es necesario por que responde inmediatamente a la pregunta de "¿Quienes somos?". Si aceptamos la difuminación de nuestra identidad y lo subsumimos en un multiculturalismo, no solamente perderemos nuestro perfil y nuestra personalidad, sino que nos veremos asaltados y sin defensa por identidades que históricamente han constituido los enemigos de Europa.

IdentidaD se declara beligerante
contra el pensamiento único,
contra lo políticamente correcto y
contra el nuevo orden mundial

Rechazamos de plano el mundo surgido en la última década del siglo XX, que ha resuelto la lucha por la hegemonía mundial suscitada en la guerra fría por un escuálido ordenamiento unipolar. Rechazamos adoptar un lenguaje "soft" para expresar ideas que deben ser sostenidas con claridad y simplicidad, estamos altos de dobles lenguajes y convenciones "progresistas". Finalmente, rechazamos cualquier forma de reduccionismo del pensamiento y sostenemos que, no solamente existen posibilidades de aplicación para el "pensamiento disidente", sino que además, es ahí en donde hay que buscar respuestas a problemas de hoy.

IdentidaD considera que el sistema político español precisa de una regeneración profunda

Casi sin darnos cuenta, la "joven democracia española", se ha convertido en un sistema prematuramente envejecido que precisa una corrección profunda. Una corrección democrática debe apuntar a nuevas metas de representatividad popular y honestidad en la gestión. La modificación profunda del sistema electoral y la lucha contra la corrupción no pueden ser abordados por quienes hasta ahora han limitado el ejercicio de la soberanía popular y han sido los primeros beneficiarios de las distints modalidades de corrupción política. La corrupción se ha generalizado hasta impregnar a todas las estructuras del Estado. Nunca como hoy es preciso separar "poder político" de "poder económico", restar poder a los partidos y entregarlo a la sociedad civil, generar un sistema electoral proporcional, sin correcciones deformantes con listas abiertas y desbloqueadas, con la posibilidad de consulta popular en decisiones graves.

IdentidaD denuncia el abismo entre la clase política y la población y la sustitución de la democracia por la partidocracia.

El desencanto que domina la política española desde mediados de los años 80, con la consiguiente carga de apoliticismo, abstención en los procesos electorales y desconfianza hacia el mundo de la política tiene como único responsable a la clase política. Esa clase política, manejando los resortes del poder, se ha preocupado de que todos los resortes del poder estén en sus manos, menos el poder económico al cual sirve con fidelidad perruna. En su proceso degenerativo, la "joven democracia española" ha pasado a ser una partidocracia (poder absoluto de los partidos políticos, ¿dónde queda la sociedad civil?) y una plutocracia (poder del dinero). Rechazamos por injusto e inmoral un sistema así concebido.

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